martes, 20 de abril de 2010

delirio

Pienso que hay millones de recuerdos que nos marcan, recuerdos que a otros no les significa nada. Pero no como un primer beso o cosas así. Me refiero a que cambian la forma de pensar de uno, de a poquito.
Yo tengo varios recuerdos que me cambiaron la forma de pensar,

  • Cuando mi mamá me dijo que ella, amante de la fotografía, veía los paisajes y las situaciones lindas con encuadre. Y eso me hizo pensar en que las pasiones de uno o las cotideaneidades hacen que uno vea distinto.
  • Cuando era chica, pensaba muchísimo en algo que nunca dije, pero vivía pensando en eso: pensaba que pensaba distinto. No sé como explicarlo, algo así como que pensé que tenía un formato distinto al resto de la gente, como que mi pc tenía como otro sistema operativo, sentía que todos tenían XP y yo no sé, no interesa si el vista o el 98. Y empecé a pensar (hablo de teniendo cinco años) en que amaría pensar un rato como piensa otra persona.
  • Cuando era chica AMABA leer sobre extraterrestres y civilizaciones antiguas, Roma, Grecia y especialmente Egipto. Durante años me quise dedicar a eso, arqueología, palenteología, astronomía. Imaginate, mis viejos estaban re orgullosos, que una pendeja de seis, siete años lea sobre civilizaciones antiguas. Jajajaja por dios, ahora me doy cuenta que no es normal eso. Pero bue. Fue mi primer pasión, Egipto. Creo que no puedo morir sin visitar Egipto. Por más que ya ahora no lea, ni me preocupe por eso, sigue siendo parte de mi personalidad. Es rarísimo, porque es un pais que no significa nada, en efectos prácticos, para mi. Del cual no sé prácticamente nada, pero lo amaba.
  • Cuando una amiga me dijo, aludiendo a un llaverito rosa que tenía, que eso era rojo. ¡NO era rojo, era rosa! Clara y seguramente, rosa. Me dijo que era daltónica, y de ahí empecé a pensar que también me gustaría experimentar como ve otra persona.
  • Cuando escuche la frase "cada familia es un mundo".
  • Cuando mi profesora de taller literario dijo, con los ojos como brillantes, o felices, no sé, típicos de una persona uqe habla de algo que la apasiona, algo así como "Ustedes -ahora entiendo a quién se refería- tienen el deber de ir caminando por la calle y sacarle la poesía a eso que normalmente -qué fea palabra- no se le saca nada." Vendría a ser algo así como, transformar en palabras y expresar, todo lo que vemos. Porque también dijo que eso va cambiando poquito a poquito toda nuestra manera de pensar y así nuestra vida. No me acuerdo cómo lo dijo pero sé que fue exactamente eso lo que dijo. Y ahora años después la entiendo perfectamente. Dejé taller literario, sí, pero algo me quedó.
  • Cuando mi papá dijo que en otras épocas los divorcios no existían. Que lo que ahora provoca una separación, antes era solamente un mal momento de pareja, que antes "hasta que la muerte los separe" era literal, no era cursilería nomás. Y cuando metió como ejemplo a mis abuelos, me hizo pensar durante horas y horas sobre si en verdad existe el amor para toda la vida. Llegué a varias conclusiones que seguramente en años no van a tener mucho sentido:
a) No me voy a casar por iglesia -porque no tengo fé en la iglesia- ni por civil -porque creo que si querés vivir la vida junto a alguien, es más romántico pensarlo como que la casualidad o causalidad los unió que, un papel. Nos une un papel. Dios. Porque es así, es más fácil separarse si no hay ningún acuerdo explícito con alguien, como pueden ser los papeles o los mismos hijos. En cambio si no hay "nada" que los une, están más unidos. Es como.. la voluntad. Eso sí sería amor, si es que existe.
  • Cuando vi mi relación sentimental perfecta en tres películas: 500 days of Summer, Benjamin Button y Vicky Christina Barcelona. En BB son la representación del desencuentro. La mina es una mina, normal. El tipo crece para atrás. Cuando se encuentran por primera vez, ella es una nena y él es viejo, y son amigos. Cuando se encuentran después, ella es joven con toda la vida por delante, y él tiene unos cincuenta bien puestos. Ella le insiste y él le dice que no sea ridícula, que ya va haber tiempo, pero ahora no. Cuando se vuelven a encontrar él tiene unos pocos años más que ella y están juntos, viven en una casa sin muebles, sin horarios, hacen lo que quieren cuando quieren. Vicky Christina Barcelona es sobre dos amigas que se van de viaje dos meses a Barcelona, y se encuentran a un tipo, un bohemio, artista, chamuyero y medio loco. Christina le da para adelante y Vicky se hace la difícil. Christina se va a vivir con él y la supuesta mujer, en una relación rara en la cual los tres son importantes, y no sé, es medio morboso, y a la vez lindo. Raro, y medio asqueroso. Salvo por la parte de la lesbianeidad está bueno jaja. 500 days of Summer es sobre una mina re loca y un pibe bastante normal, la historia esta explicada en otra parte del blog. La cosa es que, las tres películas tienen finales como.. tristes. En 500 days with Summer, ella abandona sus ideales de "nunca casarse" y del antiromanticismo, y se termina casando. Pero con otro (que seguramente no era fan de los Smiths). En Benjamin Button, Brad Pitt termina siendo un bebé y muere en los brazos de la mina, cuando ésta ya tenía otra familia y lo encuentra de casualidad, él siendo un chico de cinco años y decreciendo con alzheimer. Y en Vicky Christina Barcelona, Christina se vuelve a Estados Unidos y en Barcelona queda lo que en Barcelona pasó. Tristísimo.
  • Cuando leí La Belleza del Mundo, había una parte que me hizo pensar en qué es una persona. Una persona es un conjunto de ideas, de acciones, de pasiones, de objetivos, de historia ¿o qué es? En El Secreto de sus Ojos dicen que una persona puede cambiar de familia, de mujer, de cara, de casa, de nacionalidad, pero de pasión nunca. Y sí, te hace pensar.
  • Cuando Noel Gallagher dijo que las letras de las canciones no significan nada. Se me cayó un ídolo. Nunca más analicé una letra de Oasis u.u Lo peor es que hay canciones de Oasis que sí son significativas, pero igual, ahí caí que Noel pone lo que mejor suena. Y tal vez el uso de la literatura, en parte, sea así. Como el cuento del Cronopio que se pone mal porque el mundo se corre un poquito.