Queda prohibido echar a alguien de menos sin alegrarte, olvidar sus ojos, su risa, todo, porque sus caminos han dejado de abrazarse, olvidar tu pasado y pagarlo con tu presente.
Esto lo tendríamos que estar viviendo juntos. Me alegra mucho que todavía sea una parte tan grande de mi, gracias por no dejarme aplastar irremediablemente por el conformismo, y a veces no dejarme ser feliz.
Prometo cambiar lo que odio como pueda y desde donde pueda; esa es mi reflexión de fin de secundaria. Voy a volver de alguna otra manera a cambiar todo eso que me hace mal.